Cae un pedazo de esta pared, otro de aquella. Todo apunta a que el techo pronto se nos va a caer en la cabeza, aplastando cada una de nuestras ideas, esquemas o pequeños pensamientos que teníamos sobre las cosas que creíamos conocer.
Pronto no quedarán más que escombros.
Está bien, escombros no. Pongamos que todo se queda en un edificio gris de paredes destrozadas, cortinas rotas ondulando al viento y muebles viejos hechos polvo.
- Life's a circus & we're just the clowns in it. -dijo Cloe una vez.
Y tenía razón.
Poco después hemos convertido ese edificio en un circo.
Nos hemos pintado las caras como payasos, hemos encendido todos los focos y nos hemos lanzado al centro de la pista a humillarnos los unos a los otros con mentiras y traiciones
mientras un público imaginario se rie sin piedad.
Pero, ¿sabes qué?
La misma función no puede tener éxito eternamente.
Y eso es casi lo peor.
Parece que siempre hay una nueva forma de que el espectáculo continue.

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